Hoy es un día terrible, difícil y muy triste para nuestro Colegio. Jesús, alumno de Sexto B, ha fallecido hoy después de una dura enfermedad, y aunque éramos conocedores del inminente desenlace nunca estamos preparados para una noticia así.
Jesús llegó a nuestro colegio a principios del pasado mes de febrero. Su vida no había sido nada fácil y sus compañeros y maestros queríamos que se sintiese bien acogido en esta nueva etapa que emprendía con nosotros. Él nos lo puso muy fácil, su buen carácter, su forma de ser, le hizo llegar al corazón de todos rápidamente. Los chicos y chicas de Sexto estaban predispuestos a acogerlo, a ofrecerle su compañía y afecto ya desde el primer recreo y de manera natural se creó una corriente de simpatía inmediata, de amistad y compañerismo. Jesús se hacía querer y era querido, y estábamos convencidos de que había encontrado un sitio perfecto para él, donde sentirse arropado y valorado, como si llevara mucho más tiempo entre nosotros.
Una enfermedad descubierta durante el confinamiento, cruel y rápida, nos ha alejado de Jesús y será duro asumir para sus compañeros que ya no volverán a tenerlo cerca pero, seguro, que ninguno de ellos se olvidará de él, de su carácter afable, de su cariñosa forma de ser con los demás.
Hoy es un día muy amargo porque no sabemos cómo reaccionar ante una situación como es la muerte de un compañero, de un alumno, pero sabemos que tratarle, conocerle, fue una suerte para todos nosotros que nos hará recordarle siempre.